lunes, 5 de diciembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
Criminología: Precursores y Principales Aportes
Criminología, precursores y principales aportes
La criminología existe desde que existe el crimen, en unas épocas más estudiada que otras, con la utilización o no de medios científicos, pero su existencia es innegable, así las cosas es menester remontarnos muy brevemente a la sagrada Biblia donde se consignan narraciones como la muerte de Abel por parte de su hermano Caín y en resumen la concepción divina entre el bien y el mar que da pie a muchos pensadores idealistas, a épocas como la griega donde Zeus representa al homicida como criminal nato, encuadrando con la teoría de Lombroso, Egipto por su parte es una nación fundadora en materia de identificación criminal y precursora de la medicina forense
Platón sostenía que el crimen era producto del medio ambiente, la pobreza, la miseria eran agentes provocadores, “Hay que castigar no porque alguien delinquió, sino para que los demás no delincan...”. Principio fundamental de la penología, la prevención por medio del castigo., por su parte Aristóteles era fisonomista y estableció una relación entre la configuración del cuerpo y las facultades mentales, coincidiendo con el primero en los elementos provocadores como la pobreza, pero sostiene que los delitos más graves no se cometen para obtener lo necesario sino lo superfluo. Santo Tomás de Aquino defiende la idea de la predisposición así como la del libre albedrío, es decir que existe una tendencia al mal pero que existe una autonomía de la voluntad, coincidiendo con los anteriores en que la miseria engendra rebelión y delito.
Innumerables han sido los estudiosos que se han dedicado a la criminología, estableciendo postulados criminológicos importantes para la humanidad, nos podemos pasear entre los siguientes precursores:
Ø Tomás Moro (1478-1535) postula “La guerra, la ociosidad, los errores de la educación, influyen en el incremento de los delitos…” dice que en el delito influyen una serie de factores destacando el económico, indicando la labor preventiva que debe tener el Estado, pensaba que los poderes públicos tenían que establecer los medios necesarios para que el delincuente pudiese satisfacer, con su trabajo a la víctima a título de compensación. Aboga por la proporcionalidad de las penas.
Ø Della Porta (1535-1615) Con este autor cobra importancia la fisionomía, sosteniendo que existe interdependencia entre el cuerpo y el alama, hallando anomalías que atribuye a caracteres delincuenciales, estudia también la psicología de la risa y el llanto.
Ø Charles De Secondat (1689-1755). Resalta por su obra El espíritu de las leyes, publicada en 1748, en la que propone la independencia del poder judicial respecto al ejecutivo, la abolición de las penas inútiles y excesivas, y de la tortura.
Ø Juan Jacobo Rousseau (1712-1778) En su obra “El contrato Social” de 1762 parte del principio de que el hombre el bueno, entendiendo que la sociedad es la que pervierte al hombre “…cada hombre realiza su libertas obedeciendo a las leyes”. Para este autor el delincuente vulnera el pacto social, es el mismo delincuente quien se auto margina de la sociedad civil que debe contemplarle como un rebelde.
Ø John Howard (1726-1790) En vista de haber sufrido en carne propia los dolores de la prisión, escribe en 1776 “El estado de las prisiones en Inglaterra y Gales”, a partir de aquí comenzará una importante reforma en todo el sistema penitenciario, buscando dulcificar el aislamiento, el trabajo en la prisión, la instrucción moral y religiosa, adecuada higiene y alimentación, así como una racional clasificación de los penados, atrayendo con esto la atención hacia el delincuente olvidado buscando como fin la reforma del mismo penado.
Ø Jean Gaspar Lavater (1741-1801) Realiza una descripción de los hombres de maldad natural. Mantiene que todo aquello que acontece en el alma se manifiesta en el rostro, la belleza o la fealdad de la cara tiene justa recompensa con la bondad o maldad de su espíritu. Establece una correlación entre determinadas cualidades del individuo y los órganos o partes de su cuerpo, por ejemplo cuando la persona se asemeja a un perro o un cerdo se le atribuyen características psicológicas de estos últimos.
Ø Francois Joseph Gall (1758-1828) Es considerado como el creador de la frenología, haciendo un enlace entre la fisionomía y la frenología, partiendo de la idea de que la cabeza es la parte más noble del cuerpo, pretendiendo encontrar el carácter y los sentimientos de las personas en la configuración externa del cráneo, así en algún lugar del cerebro ha de hallarse el instinto criminal y para tal estudio divide el mismo. Sostuvo que el crimen es producto de un desarrollo parcial y no compensado del cerebro, lo cual produciría una hiperfunción de determinado sentimiento.
Ø Mariano Cubí Y Soler (1801-1875). Treinta años antes que LOMBROSO establece una teoría: “Hay criaturas humanas que nacen con una desmedida tendencia a la destructividad, acometividad o combatividad, donde la parte moral y la razón son defectuosas” “Por eso están constituidos naturalmente como ladrones, violado res, asesinos, estafadores…”
Ø Phillippe Pinel (1745-1826) Resalta en la criminología por ser fundador de la psiquiatría, fundando el manicomio de Salpetriere en Francia, enfrentándose a prácticas comúnmente realizadas por médicos de su época y considerándolas como delirios médicos.
Ø Jean Dominique Esquirol (1722-1840) Investigó sobre la esquizofrenia y descubrió los principios de la alucinación.
Ø Gaspar Virgilio Dos años antes de publicar Lombroso su obra, publica la “Naturaleza enfermiza del delito”, en el cual utiliza el termino de “criminal nato”, así también concretó una doctrina sobre la naturaleza morbosa del crimen, relacionado con los factores degenerativos análogos a los de la locura, entre los factores complementarios señalo la posible intervención de los agentes climáticos y meteorológicos.
Ø Lambert Adolphe Quetelet. (1796-1874) Dice que los hechos humanos y sociales se rigen por las leyes que gobiernan los hechos naturales, por leyes físicas, y propugna una nueva disciplina; la mecánica social, y un nuevo método, el método estadístico, para analizar dichos hechos humanos, concluye que el delito es una función social, producido por hechos sociales detectables y determinables estadística- mente, y que la sociedad lleva en cierto sentido el germen de todos los delitos que serán cometidos, y en la misma forma están presentes elementos que facilitarán su desarrollo.
De sus estudios determina que los delitos se cometen año tras año con absoluta precisión y regularidad, no solo en su número sino en el tipo, y agrega que existe una serie de factores que intervienen en su comisión, tales como el pauperismo, la situación geográfica, el analfabetismo, el clima, elaborando así su famosa “Ley Térmica” que, en términos generales instituye que en invierno se comete el mayor número de delitos contra la propiedad, los delitos contra las personas se cometen en mayor número en el verano, pues el calor excita las pasiones humanas y en la primavera tienen mayor ocurrencia los delitos sexuales, asociando el fenómeno a la época de la brama (celo) de los animales.
Con respecto al sexo, dice Quetelet que el hombre comete el mayor número de delitos entre los 14 y los 25 años, mientras que la mujer lo hace entre los 16 y los 27 años.
De sus estudios determina que los delitos se cometen año tras año con absoluta precisión y regularidad, no solo en su número sino en el tipo, y agrega que existe una serie de factores que intervienen en su comisión, tales como el pauperismo, la situación geográfica, el analfabetismo, el clima, elaborando así su famosa “Ley Térmica” que, en términos generales instituye que en invierno se comete el mayor número de delitos contra la propiedad, los delitos contra las personas se cometen en mayor número en el verano, pues el calor excita las pasiones humanas y en la primavera tienen mayor ocurrencia los delitos sexuales, asociando el fenómeno a la época de la brama (celo) de los animales.
Con respecto al sexo, dice Quetelet que el hombre comete el mayor número de delitos entre los 14 y los 25 años, mientras que la mujer lo hace entre los 16 y los 27 años.
Ø Charles Robert Darwin (1809-1882) Publica en 1871 el “Origen del hombre” sosteniendo que las funciones físicas y psíquicas evolucionan a través de una expresa adaptación al medio, que el hombre está íntimamente relacionado con otros animales y que sobre él actúan los mismos impulsos biológicos. Llega a deducir que existe una lucha por la existencia y que por medio de la selección natural llegan a sobrevivir los más aptos. Además es conteste con otros pensadores que el esfuerzo del Estado debe ser dirigido hacia el combate de los factores del delito, no al delito en sí, sino a aquello que lo origina.
Ø Juan Alejandro Eugenio Lacassagne (1834-1924) Va a considerar que el criminal solamente es peligroso en cuanto esté en un medio adecuado. "El medio social es el caldo de cultivo de la criminalidad; el delincuente es el microbio, un elemento que carece de importancia hasta el día que encuentra el líquido que le hace fermentar” Declara que " las sociedades tienen los criminales que se merecen".
Ø Emile Durkheim (1858-1917). De sus estudios postula que “No ha existido sociedad alguna en el espacio ni en el tiempo que no haya tenido delito; por consiguiente, el delito no es otra cosa que una manifestación propia y normal de la vida en sociedad” Para este pensador la criminalidad es un fenómeno normal que deriva de la estructura misma de la sociedad como producto cultural; como producto social, evoluciona y se transforma en la misma medida que lo hace la misma sociedad; por ello, el estudio de la criminalidad solamente se podrá realizar analizando la cultura que lo ha producido en un tiempo y espacio determinados.
Continúan así muchos autores que de una u otra forma influyeron y siguen influyendo en la criminología, entre ellos algunos que formaron parte de grandes Escuelas en la historia de esta disciplina:
Escuela positivista: el postulado e esta escuela se basa en lo culto a los hechos, a lo dado, toma patrones de las ciencias naturales y pretende trasladarlos al derecho penal; la escuela positivista propone la necesidad de profundizar en el estudio natural del delito y sus causas, lo que permitirá descubrir las medidas correctivas para combatir el fenómeno, pretendiendo incluso que un día se podría llegar a predecir quién y en qué forma delinquirá; más aún, el número de delitos que se darían en cada época o región.
La escuela clásica centraba su estudio en el hecho y en el castigo y en la lucha contra el Antiguo Régimen. Les interesa la fenomenología, estableciendo tipologías delincuenciales, clasificaciones, tipos, características de delincuentes, defendiendo la desigualdad de los hombres, porque entienden que el criminal responde a anomalías hereditarias, orgánicas, psíquicas, rechazando la idea clásica de la libertad humana. Con estas teorías el Derecho Penal ocupará un segundo plano, incluso cuestionan su utilidad, las decisiones judiciales, la regulación de los delitos, para ellos no influye en aumento o disminución de delitos.
Ø August Comte (1798-1857). Considerado como el padre del positivismo, descubierto bajo su influencia el problema social, Comte consagraría su esfuerzo a concebir un modo de resolverlo, cerrando la crisis abierta por la Revolución francesa y sus consecuencias. Halló la respuesta en la ciencia, hacia la que estableció un verdadero culto: el conocimiento objetivo que proporciona la ciencia debía aplicarse a la ordenación de los asuntos políticos, económicos y sociales, superando las ideologías apoyadas en la imaginación, los intereses o los sentimientos.
Ø Ezequías Marco César Lombroso (1835-1909). En 1865, cuando contaba treinta años de edad, resuelve dedicarse solamente a investigar y escribir, en su proceso de investigación y apuntes encuentra algo en particular, que he hecho mención up supra: la teoría de Darwin; la cual ha apasionado al médico incentivando su investigación. En su labor como médico de prisiones conoce a un famoso delincuente de apellido Villella, al cual observó durante un tiempo acercándose poco a poco, a pesar de ser éste un individuo particularmente asocial, contándole anécdotas y hazañas, al momento de su muerto Lombroso le practica la necropsia, haciendo un descubrimiento científico muy importante para su teoría, encontrando en el cadáver una serie de anomalías y deformidades craneales, recordando la teoría naturalista de Darwin en referencia a una especie de antropomorfos y su actitud, manifestaciones que guardaban similitud con las historias contadas por Villella, partiendo de allí sus premisas para comenzar su teoría, centrando sus estudios en la población reclusa, notando que mientras más anormalidades presentaban estos individuos, más notables y graves eran los delitos cometidos, siendo la fuerza biológica lo que para Lombroso explica el porqué el hombre delinque; realizando una clasificación de criminales, catalogándolas como una de las más celebres:
ü Delincuente nato Explica que el delincuente nato es aquel que presenta toda una serie de anomalías, estigmas de origen atávico o degenerativo, producto de la regresión a etapas primitivas de la humanidad, es un ser hipo evolucionado, como consecuencia de un genuino salto atrás hereditario. Teniendo bases solidas para afirmar lo que expone ya que encuentra en el cráneo estudiado una foseta en la zona occipital media, la cual es un estigma de regresión propia de los invertebrados inferiores, señalando así características psíquicas y físicas del delincuente nato, entre ellas: frente divisa, cinismo, gran desarrollo de los pómulos, vanidad, crueldad, orejas en forma de asa, afán negativo, insensibilidad al dolor y al calor, impulsividad, tendencia al fuego y a las orgias, mayor robustez de los miembros izquierdos, uso frecuente del argot, insensibilidad afectiva, tatuajes obscenos o crueles, falta de remordimientos, entre otros.
ü Delincuente loco moral. Son indiferentes afectivos, y cuando entran en colisión con la Ley, la indiferencia se transforma en odio, venganza, ferocidad, en la convicción de tener derecho a hacer el mal. Destacan entre otros aspectos por su corpulencia física, astucia, precocidad sexual, perversión afectiva, inteligencia natural intacta, suele ser delincuente desde la infancia hasta la pubertad, no se realizan tatuajes, son altamente egoístas pero pueden llegar a ser muy altruistas, vanidad extrema, pereza, hábiles para similar locura.
ü Delincuente epiléptico. Es un delincuente violento y agresivo serán los delincuentes que cometan delitos gravísimos sin experimentar ningún tipo de remordimiento, entre las características que arrojan este tipo de delincuentes ubica la destructividad, precocidad sexual y alcoholica, homosexualidad, tendencia al suicidio, vanidad, cambio de humor.
ü Delincuente loco. El cual clasifica en delincuente loco alienado, delincuente loco alcohólico y delincuente loco histérico. Y de sus estudios establece que este tipo de delincuentes son los que enloquecen en la prisión.
ü Delincuente ocasional, no es aquel que busque la ocasión para delinquir, es aquel que se siente atraído por el delito, o bien cae en el delito por razones insignificantes, no es habitual en él cometer delitos.
ü Delincuente pasional, es aquel que comete el delito teniendo como substrato la dolencia de alguna pasión, lo ha de cometer en un momento determinado de su vida movido por una ocasión especial.
Lombroso observa que el delincuente carece de sentimiento moral debido a la regresión en etapas anteriores, regresión por un lado no evolución por otro. Observó esta falta de evolución en los epilépticos, precisamente por esto es porque da una explicación del crimen, es una causa interna. También escribió otra obra “La mujer delincuente”. Analizó muchos cráneos de mujeres, lo que le permitió llegar a la conclusión de que estas presentan grandes diferencias con los hombres, pero sí que equipara a las mujeres con los niños. Si el delincuente nato es como un niño, reacciona de forma infantil, se es notablemente cruel, la mujer se asemeja al delincuente. Además en este mismo estudio de la mujer establece un paralelismo entre la prostituta y el ser atávico, concluye que entre las prostitutas el tipo de delincuente nato es el más difundido y frecuente. La prostituta es la representación genuina de la criminalidad, ya que la prostituta le falta sentido maternal.
Lombroso también hizo mención de la influencia ambiental y social, en el crimen, estableciendo que si consideramos en el hombre su tendencia al delito, observamos que depende de su organización, de la educación que ha recibido, de las circunstancias, no tiene ningún problema en admitir la interrelación entre factores ambientales y factores endógenos. Llega a interrelacionar el físico con las estaciones, constata que en invierno se cometen más crímenes, en enero se producen más falsificaciones y estafas.
Para Lombroso el delincuente nace y no se hace.
Ø Enrico Ferri (1856-1929) Es considerado el padre de la sociología criminal, precisamente por su obra llamada como tal “Sociología Criminal”, para él los factores sociales son fundamentales en la explicación de hechos criminales. En 1877 presenta una tesis para demostrar que el libre albedrío es una ficción y que debe sustituirse la responsabilidad moral por una responsabilidad social, afirmando la peligrosidad por la peligrosidad del agente y el daño causado.
Encontrándose este sociólogo trabajando para Lombroso a muy temprana edad, acepta como causas de la delincuencia la explicación antropológica del mimo, sin embargo paralelamente coloca los factores sociológicos, señalando que son inseparables, así como los factores físicos son igualmente inherentes.
La influencia de Ferri fue determinante en la Escuela Positivista, y en consecuencia, conforme sus tesis, el delito se produce por la conjunción de tres clases de factores:
El Individual: que estaría determinado en cada persona por la raza, la herencia, el temperamento. La fuerza física que depende de la temperatura, el suelo, la altitud y por último pero no menos importante el factor social refiriéndose a la interrelación y contacto entre los grupos; explicando que ninguna de las tres causas podía desligarse, siempre estaban presentes, no podía existir predominio de una u otra.
La influencia de Ferri fue determinante en la Escuela Positivista, y en consecuencia, conforme sus tesis, el delito se produce por la conjunción de tres clases de factores:
El Individual: que estaría determinado en cada persona por la raza, la herencia, el temperamento. La fuerza física que depende de la temperatura, el suelo, la altitud y por último pero no menos importante el factor social refiriéndose a la interrelación y contacto entre los grupos; explicando que ninguna de las tres causas podía desligarse, siempre estaban presentes, no podía existir predominio de una u otra.
También habla Ferri de su teoría sobre la ley de saturación criminal, señalando que cada sociedad solo puede admitir un número determinado de delitos, constando a través de sus estudios que en un determinado medio social, bajo ciertas condiciones individuales o sociales se comete un determinado número de delitos. Plantea igualmente lo referido a los sustitutos penales, como el conjunto de medidas que debían de adoptarse para prevenir la delincuencia. Con su maestro Ellero, repite: “es más importante prevenir que reprimir, y es preferible, antes que actúe ese ser peligroso, sacarlo de circulación”; para él el crimen responde a una dinámica propia, o lo que se tiene que procurar es una progresiva eliminación de los factores criminógenos.
Entre otra de sus acciones y casi la última de ellas es al trabajar con tenacidad en el nuevo Código Penal italiano, participando en cada una de las comisiones, pero no tuvo oportunidad de ver su realización, pues murió en 1929, y justamente en 1930 se publica el denominado “Código Rocco-Mussolini”.
“No hay delito sino delincuentes”. En esta frase podría resumirse el pensamiento Ferriano y de la Escuela Positivista.
Ø Rafael Garófalo (1851-1934) Antes de formar parte de la Escuela Positiva, Garófalo, había ya publicado algunos escritos, que serian de mucha importancia para la nueva escuela, pues daba las bases y la orientación jurídica necesaria, además de conceptos como: peligrosidad y prevención especial y general. Entre sus obras se destacan: 'Estudios recientes sobre la Penalidad', 'Criterio Positivo de la Penalidad' y su trabajo principal: "Criminología”, siendo éste último quien da la divulgación del nombre como tal, tomando de la raíz latina criminis y la griega logos.
Como jurista y magistrado centra su estudio en el análisis de la personalidad de quienes debía sentenciar, encontrando que, por regla general, los condenados demostraban ser de sentimientos bajos, faltos de piedad y probidad. Que estos no creían en Dios ni en el pudor, y que el delito era justamente la ofensa a esos tres sentimientos. Con base en tales apreciaciones, elabora igualmente su clasificación: Asesinos: los faltos de piedad.
Ladrones: aquellos que no son probos.
Asesinos y ladrones, salteadores y violentos, en los que resalta la ausencia de piedad y probidad. Señalando que el criminal actúa por deficiencia moral, hace otras clasificaciones como cínicos, violadores, raptores, estupradores, sicópatas sexuales, que a su entender no merecían ninguna consideración, siendo por ello partidario abiertamente de la pena de muerte, como eliminación de todo aquel que perturbe la convivencia social, exponiendo que “La sociedad como cualquier ente natural debe eliminar a aquellos que por su conducta criminal demuestran que no están adaptados a la vida civilizada”.
Ladrones: aquellos que no son probos.
Asesinos y ladrones, salteadores y violentos, en los que resalta la ausencia de piedad y probidad. Señalando que el criminal actúa por deficiencia moral, hace otras clasificaciones como cínicos, violadores, raptores, estupradores, sicópatas sexuales, que a su entender no merecían ninguna consideración, siendo por ello partidario abiertamente de la pena de muerte, como eliminación de todo aquel que perturbe la convivencia social, exponiendo que “La sociedad como cualquier ente natural debe eliminar a aquellos que por su conducta criminal demuestran que no están adaptados a la vida civilizada”.
Critica además que el positivismo se haya centrado exclusivamente en la figura del delincuente en detrimento del delito. Ese abandono del delito hace que Garofalo defina que es delito creando el concepto de delito natural, como aquel que va en contra de los sentimientos de piedad, en contra de los sentimientos de probidad, siendo delincuente aquella persona que carece de estos sentimientos. Sin dividirse delito y delincuente. Coincide con Lombroso con la idea de anomalía psíquica o moral, sin embargo explica que no es patológica, sino una variación psíquica transmisible por vía hereditaria. Para este jurista los factores sociales tienen escasa relevancia si parte del principio de la existencia de condicionantes o valoraciones hereditarias, el componente medioambiental ocupa un segundo lugar.
Escuela Clásica: En contraposición de lo establecido por la escuela positivista, ésta concibe al hombre como un ser libre, racional e igual, defendiendo la idea de la autonomía de la voluntad o el libre albedrío, suponiendo que el individuo tiene capacidad de decisión y de autodeterminación, estableciendo que no está sujeto a determinismos ni fuerzas divinas, es decir que para esta escuela el hombre elige libremente su carrera criminal, y al no saber elegir el camino que más le convenía comete el delito postulado en esta escuela como un acto irracional e incomprensible de esa misma elección, ya que es una consecuencia del mal uso de su libertad, pudiendo ser todos los ciudadanos criminales en potencia ya que todos son libres. Concentrando su estudio no en el delincuente, sino en el hecho. Es puntual además en afirma que el delincuente es un individuo normal, es decir que existen diferencias cualitativas entre el delincuente y quien no lo es.
Tiene esta escuela un enfoque reactivo del problema criminal. La aportación penológica ha sido su mayor éxito, ya que fundamentan la legitimación y delimitación del castigo, sacando conclusiones sobre el cuándo, el cómo y el porqué se castigan los delitos. Aportación en el ámbito de la política criminal, donde la escuela clásica sí legitima el uso sistemático del castigo como instrumento del control del crimen.
Al igual que la escuela positivista tiene sus fundadores y pensadores, entre ellos:
Ø Charles Beccaria (Cesare Bonnessana - Marqués de Beccaria, 1738-1794). En 1774 escribe en latín su obra “De los delitos y De las penas) causando gran conmoción en la época ya que denuncia la pena de muerte, la tortura y en general la desproporción entre los delitos cometidos y los castigos aplicados, criticando fuertemente la irracionalidad, la arbitrariedad y la crueldad de las leyes penales y procesales del siglo XVIII. Sigue la idea propuesta por Rousseau del contrato social, extrayendo el principio de legalidad, postulando que sólo el legislador puede dictar leyes al representar éste a todos los hombres que han acordado el contrato social, por lo que debe el legislador evitar los delitos más que castigarlos, siendo necesario que las leyes no sean tan discriminatorias y abarquen el aspecto educativo. Por lo que entre otras cosas propone:
ü Claridad y simplicidad en las leyes
ü Que la pena sea pública, pronta, necesaria.
ü Que exista proporcionalidad entre los delitos y la pena aplicada.
ü Perfeccionar la educación
ü Que haya un predominio de la libertad y la razón sobre el oscurantismo.
ü Que haya un funcionamiento ejemplar de la justicia, libre de corrupciones.
ü Que haya recompensas al ciudadano honrado.
ü Aboga por una elevación de los niveles culturales y educativos del pueblo.
Establece en su obra que la pena es necesaria para prevenir nuevos delitos, es el sentido de que “El fin de las penas no es atormentar y afligir a un ente sensible ni deshacer un delito ya cometido, el fin no es otro que impedir al reo causar nuevos delitos, causar daños a los ciudadanos, y retraer a los demás de la comisión de otros delitos”.
Ø Francesco Carrara (1805-1888) Como fundador de la escuela clásica utiliza para sus estudios el método deductivo, es decir que el va desde la norma penal al individuo a quien se le ha de aplicar dicha norma. En relación al delito lo postula como un ente jurídico consistiendo éste en una violación de un derecho. Al igual que Beccaria instituye en el delito el factor de la voluntad libre del individuo para delinquir. Según Carrara el delito es " la infracción de la ley del Estado, promulgada para proteger la seguridad de los ciudadanos, resultante de un acto externo del hombre, positivo o negativo, moralmente imputable o políticamente engañoso“
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